El Jonsismo: La Revolución Traicionada
La historia del movimiento jonsista y del nacionalsindicalismo de Ramiro Ledesma Ramos.
Introducción
España, una nación derrotada, invertebrada, devastada tanto en espíritu como en moral. Una España que, al igual que Don Quijote, permanecía anclada en un pasado glorioso, absorta en la contemplación de su antiguo esplendor imperial. Sin embargo, como una bofetada de realidad, sobrevinieron las últimas independencias y la pérdida de los últimos territorios de ultramar: Cuba, Puerto Rico, Filipinas, Guam, las Islas Carolinas, Marianas y Palaos. Mas el español, por muy obstinado que sea, posee un alma irreductible e idealista, a imagen y semejanza del Caballero de la Triste Figura.
Es en este contexto es donde surge el nacionalismo español. En el presente artículo, me propongo abordar lo que, a mi juicio, constituye la más fiel representación del verdadero fascismo español, el jonsismo.
El Nacionalismo Reaccionario Español
El primer nacionalismo español surgió en Barcelona, de la mano de la Liga Patriótica Española, fundada por Ramón Sales, quien también fue el creador de los Sindicatos Libres junto a Juan Laguía Lliteras en 1919. Muchos historiadores cometen el error de calificar a estas organizaciones como protofascistas, cuando en realidad estaban más vinculadas al tradicionalismo carlista, con influencias maurrasianas.
Presidentes de los Sindicatos Libres de Barcelona (1922)
En este sentido, considero más adecuado descartar la etiqueta de protofascistas para estos grupos. Tanto la LPE como los Sindicatos Libres estaban compuestos principalmente por carlistas, tradicionalistas católicos, monárquicos y exmilitares de la Guerra de Cuba.
Estas organizaciones desempeñarían un papel clave como fuerzas de choque contra las organizaciones independentistas catalanas de la época y formarían parte del fenómeno del pistolerismo, actuando como matones al servicio de la burguesía monárquica contra la CNT. Los Sindicatos Libres ganarían notable protagonismo durante la dictadura del general Miguel Primo de Rivera, alcanzando los 197.853 miembros en 1929.
Una vez descartados Miguel Primo de Rivera, la Liga Patriótica Española y los Sindicatos Libres como fascistas o protofascistas, me siento en disposición de abordar el fenómeno del fascismo en España, o, más acertadamente, el nacional-sindicalismo de las JONS.
La Juventud de Ramiro Ledesma Ramos
Ramiro Ledesma Ramos nació en Alfaraz de Sayago (Zamora) el 23 de mayo de 1905, en el seno de una familia humilde de docentes. A los 16 años ingresó en el Cuerpo de Funcionarios de Correos y Telégrafos, pasando por Valencia, Barcelona y Madrid.
Fue en la capital donde cursó Filosofía y Letras y Ciencias Físicas y Matemáticas, lo que evidenció su notable capacidad intelectual. Especializado en la filosofía de Martin Heidegger, mostró un profundo conocimiento de la obra de Nietzsche, Kierkegaard, Kant y Hegel, y era un gran lector de Ortega y Gasset, el cual fue su profesor de universidad. Durante su etapa de estudiante, se integró en el ambiente intelectual del Madrid de los años 20, y en 1924 publicó su primera obra literaria, El sello de la muerte.
Es en estos años que un amigo de Ernesto Giménez Caballero le presentó a éste, lo que facilitó su colaboración en La Gaceta Literaria entre 1927 y 1931, donde abordó temas de literatura, matemáticas y filosofía. Sin embargo, sería en La Revista de Occidente, dirigida por José Ortega y Gasset, donde alcanzó mayor notoriedad, publicando entre 1929 y 1930 estudios sobre filósofos como Hegel y Bertrand Russell.
Pío Baroja, Menéndez Pidal, Keyserling, Edith Sironi y Gecé, Alberti, Emilio García Gomez, Sainz Rodríguez, Pedro Salinas, Rivera Pastor, Bergamín, Américo Castro, Antonio Marichalar, Cesar Arconada y Ramiro Ledesma Ramos a fines de 1930 en la casa de Ernesto Giménez Caballero.
La Conquista Del Estado
El 14 de marzo de 1931 vio la luz el primer número de La Conquista del Estado, título inspirado en La Conquista dello Stato de Curzio Malaparte. La Conquista del Estado fue un semanario de lucha y de información política fundado por intelectuales y universitarios que acompañaron a Ramiro Ledesma, entre los que se encontraban Ernesto Giménez Caballero y Juan Aparicio López. A continuación, se presenta un resumen del manifiesto político de la organización:
“1.° Todo el poder corresponde al Estado.
2.° Hay tan sólo libertades políticas en el Estado, no sobre el Estado ni frente al Estado.
3.° El mayor valor político que reside en el hombre es su capacidad de convivencia civil en el Estado.
4.° Es un imperativo de nuestra época la superación radical, teórica y práctica del marxismo.
5.° Frente a la sociedad y el Estado comunista oponemos los valores jerárquicos, la idea nacional y la eficacia económica.
6.° Afirmación de los valores hispánicos.
7.° Difusión imperial de nuestra cultura.
8.° Auténtica elaboración de la Universidad española. En la Universidad radican las supremacías ideológicas que constituyen el secreto último de la ciencia y de la técnica. Y también las vibraciones culturales más finas. Hemos de destacar por ello nuestro ideal en pro de la Universidad magna.
9.° Intensificación de la cultura de masas, utilizando los medios más eficaces.
10.° Extirpación de los focos regionales que den a sus aspiraciones un sentido de autonomía política. Las grandes comarcas o Confederaciones regionales, debidas a la iniciativa de los Municipios, deben merecen, por el contrario, todas las atenciones. Fomentaremos la comarca vital y actualísima.
11.° Plena e integral autonomía de los Municipios en las funciones propia y tradicionalmente de su competencia, que son las de índole económica y administrativa.
12.° Estructuración sindical de la economía. Política económica objetiva.
13.° Potenciación del trabajo.
14.° Expropiación de los terratenientes. Las tierras expropiadas se nacionalizarán y serán entregadas a los Municipios y entidades sindicales de campesinos.
15.° Justicia social y disciplina social.
16.° Lucha contra el farisaico pacifismo de Ginebra. Afirmación de España como potencia internacional.
17.° Exclusiva actuación revolucionaria hasta lograr en España el triunfo del nuevo Estado. Métodos de acción directa sobre el viejo Estado y los viejos grupos políticos sociales del viejo régimen.”
«La Conquista del Estado», n. 1, 14 - Marzo -1931
Una cuestión frecuentemente polémica ha sido la financiación de *La Conquista del Estado*, dado que Ramiro Ledesma aprovechó sus vínculos con sus amigos monárquicos, presentando el periódico como de orientación monárquica para obtener así subsidios especiales por parte del Estado.
Las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista
El 10 de octubre de 1931 se fundaron las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) como resultado de la fusión entre los miembros de La Conquista del Estado y las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica (JCAH), dirigidas por Onésimo Redondo, un sindicalista católico, jefe de un sindicato de remolacheros y líder de la publicación antisemita y nacionalista Libertad. También se integraron al movimiento miembros de La Traza, una organización militar fundada en 1923, inspirada en el escuadrismo italiano.
La ideología de las JONS
Una de las primeras cuestiones que se plantean los jonsistas es: ¿Dónde está el enemigo? Para responder a ello, identifican en primer lugar a la clase burguesa y al marxismo como adversarios fundamentales. Rechazan del marxismo su concepción economicista de la historia, pues consideran que esta visión reduccionista le impide comprender la profundidad y la complejidad de los valores de la Patria, así como la dimensión metafísica de España.
El nacionalsindicalismo de las JONS tiene como primer objetivo la nacionalización del anarcosindicalismo de la CNT, pues en este movimiento obrero percibían la más genuina exaltación del carácter español. Esta concepción fue firmemente sostenida y defendida por Ramiro Ledesma y Ernesto Giménez Caballero, quienes llegaron a respaldar la huelga contra Telefónica, así como las proclamas revolucionarias y sindicales de la CNT. De este modo, se diferenciaban del carácter supuestamente antiobrero que suele atribuirse a los movimientos inscritos en la denominada Tercera Teoría Política.
El propio Ramiro Ledesma se manifestó como un ferviente antimarxista, no por un supuesto antiobrerismo, como erróneamente suelen creer algunos, sino por su rechazo al materialismo. No obstante, llegó a valorar positivamente ciertos aspectos de las conquistas del bolchevismo, destacando el carácter nacional de dicha revolución.
"Rusia, con su régimen nacional-comunista, con moral de guerra, archiarmada, en pleno experimento de gigantescas subversiones sociales, no es ya, desde luego, el país revolucionario que conspira cada día por la revolución mundial, pero está a punto, alerta no sólo al panorama que la rodea, sino también al rumbo de su vida interna. Pues la Rusia bolchevique puede tener algún día necesidad de la guerra para cubrir posibles cataclismos interiores. Rusia tomará más fácilmente las armas en un caso de esa índole que para contestar incitaciones belicosas del exterior."
— Ramiro Ledesma Ramos «La Patria Libre», n. 2, 23 - Febrero - 1935
“Nosotros decimos al grupo disidente de la C.N.T., a los treinta, al partido sindicalista que preside Ángel Pestaña, a los posibles sectores marxistas que hayan aprendido la lección de octubre, a Joaquín Maurín y a sus camaradas del bloque obrero y campesino:”
“Romped todas las amarras con las ilusiones internacionalistas, con las ilusiones liberal-burguesas, con la libertad parlamentaria. Debéis saber que en el fondo ésas son las banderas de los privilegiados, de los grandes terratenientes y de los banqueros. Pues toda esta gente es internacional porque su dinero y sus negocios lo son. Es liberal, porque la libertad les permite edificar feudalmente sus grandes poderes contra el Estado Nacional del pueblo. Es parlamentarista, porque la mecánica electoral es materia blanda para los grandes resortes electorales que ellos manejan: la prensa, la radio, los mítines y la propaganda cara.”
“Cantando, pues, las delicias del internacionalismo, de la democracia, de las libertades, fortalecéis en realidad los poderes de los privilegiados, debilitáis las posiciones verdaderas de todo el pueblo y entregáis a éste indefenso en manos de los grandes poderes capitalistas, de los grandes terratenientes y de los banqueros. Frente a ese formidable peligro, nosotros os decimos nuestra consigna:”
“¡Hay que entrar en lo nacional! ¡Hay que luchar por España y por su salvación, único medio de luchar por la salvación de todo el pueblo!”
— Ramiro Ledesma Ramos «La Patria Libre», n. 3, 2 - Marzo - 1935
“En España las derechas son aparentemente fascistas, y en muchos extremos, esencialmente antifascistas. Y las izquierdas son aparentemente antifascistas, y en muchos aspectos y pretensiones, esencialmente fascistas. “
— Ramiro Ledesma Ramos «¿Fascismo en España?»
Un comunista al que Ramiro Ledesma elogiaría, llegando incluso a plantearse la posibilidad de un nacionalismo obrero español, sería Joaquín Maurín, militante catalán del POUM. De él destacaría algunas citas de gran interés en ¿Fascismo en España?.
“El nacionalismo como fuerza, en un país como España, cuya unidad fue impuesta coactivamente por la Monarquía y la Iglesia, sólo puede alumbrarlo el proletariado.”
— Joaquín Maurín «Hacia la segunda revolución», Barcelona, 1935
El propio Joaquín Maurín llegaría a defender la formación de una unión ibérica entre España y Portugal, sosteniendo así una forma de pan-iberismo que guardaba ciertas similitudes con el proyecto jonsista. Asimismo, abogaba por una alianza de Estados proletarios que incluyera a Italia, Rusia, Iberia y Alemania.
“Los aliados naturales de España no son Francia e Inglaterra mientras estos países sean capitalistas. La línea lógica de alianzas sigue otro meridiano. Y es: Portugal-España-Italia-Alemania-Rusia. Un bloque tal sometería a Francia y a Inglaterra”
— Joaquín Maurín «Hacia la segunda revolución», Barcelona, 1935
Cabe destacar que el nacionalismo de Ledesma no se limita a un mero nacionalismo español, sino que constituye, en esencia, la vía hacia un proyecto imperial hispánico. Este no busca un retorno nostálgico a las antiguas formas del Imperio español, sino la construcción de una nueva síntesis pan-iberista que revitalice los valores ibéricos y les otorgue una posición de supremacía sobre Europa.
Otro aspecto fundamental es el profundo euroescepticismo del jonsismo, un rasgo que influiría en todos los nacionalismos españoles de la época. Desde los literatos regeneracionistas, que fueron testigos del ocaso imperial, hasta los nacionalsindicalistas y pensadores posteriores como Gustavo Bueno, todos remarcarían la oposición de una España quijotesca y católica frente a una Europa de raíz protestante.
Conclusiones
A mi juicio, el ideario nacionalsindicalista fue traicionado por Falange, convirtiendo al movimiento e ideario del que se apropiaron en una degeneración burguesa y derechista, en la medida en que carecía de una auténtica matriz obrera y no se propuso la nacionalización del anarcosindicalismo español. José Antonio Primo de Rivera solo consideró esta posibilidad después de que Mussolini le señalara la necesidad de aliarse con Ángel Pestaña, secretario general del Partido Sindicalista Español y destacado líder cenetista, para cimentar un movimiento de carácter fascista en España.
Sin embargo, Falange fracasó en este propósito debido a su origen burgués y reaccionario, elementos ajenos a la esencia del fascismo. En este sentido, su evolución guarda ciertas similitudes con el caso de Oswald Mosley en Gran Bretaña. A mi entender, quien supo formular mejor esta crítica fue el gran jonsista Santiago Montero Díaz.
“Querido camarada Ledesma: Las J.O.N.S. no se desvían, decían los números 5 y 6 de nuestra revista, refiriéndose a F.E.”
“Y cuando ingresé en las J.O.N.S., llevando un compacto grupo de militantes conmigo, hice de esta plataforma una consigna. Manteníamos el sentido patriota y revolucionario de las J.O.N.S. como nuestra bandera de combate más diáfana.”
“Llegó el Consejo Nacional, al que no pude asistir. Ya conoces la opinión que os remití. Centuplicar nuestras actividades, aclarar nuestra actitud; no fundirnos con un movimiento cuyas limitaciones derechistas eran bien patentes.”
“Y las J.O.N.S. se desviaron.”
“Yo, por la campaña que hice en toda Galicia contra la F.E., basándose en aquellas circulares vuestras; porque sé que, a pesar de todas las declaraciones verbalistas en contrario, las gentes, el contenido y las maneras políticas de la Falange están en abierta oposición a la revolución nacional, y siguen estándolo, me encuentro totalmente desplazado dentro de un movimiento que quiere unir dos tendencias en realidad tan distintas como las primitivas J.O.N.S. y la Falange."
“Y los revolucionarios de envergadura española os sentiréis también desplazados muy pronto.”
“Aquella campaña mía me inutiliza en Galicia para militar bajo la doble advocación de F.E. de las J.O.N.S., cuya irreductibilidad mantuve a capa y espada.”
“Mi íntima convicción de que, malgré lui, los contingentes falangistas están muy lejos de entender y sentir los objetivos reales de nuestra revolución, me impide prestar la disciplina inquebrantable y fanática que necesito dar al Partido.”
“Por esto, camarada, y en congruencia con mi tajante opinión, remitida al Consejo Nacional, prefiero situarme voluntariamente fuera de la nueva disciplina.”
“Entiende bien —te lo digo a ti porque ni un solo momento reconozco otro jefe político— que mi fe nacional-sindicalista no ha sufrido ni sufrirá el más mínimo quebranto. Pero mi colaboración bajo otros jefes, que sé que representan otro concepto de la revolución, es imposible.”
“Se llamará izquierdista a esta actitud. Y no lo es. Es, en cambio, derechista la esencia misma de la Falange. Esa esencia se conserva a pesar de la unión. Y se impondrá, por desgracia, camarada Ledesma. Algún día te darás cuenta de ello.”
“Y si ese día decides recobrar la independencia del movimiento o crear uno nuevo bajo las mismas orientaciones que las primitivas J.O.N.S., «planteando la lucha con el marxismo en el plano de la rivalidad revolucionaria, me volverás a tener incondicionalmente bajo tu jefatura.”
“Si ese día no llega, o mientras no llegue, puedes tener la seguridad de que mi retirada de toda actividad política será radical y definitiva. Pondré en mi silencio la misma energía que me has visto poner en la acción jonsista en Galicia.”
“Salud, camarada, y hasta que tú quieras.”
— Santiago Montero Díaz. 12-3-34.
Excelente artículo, don Sergi. Me han parecido especialmente interesantes las afirmaciones del prof. Santiago Montero Díaz (¿Puedo solicitar bibliografía?) y las esquizadas del pibe ese del POUM, proponiendo la vertebración de un eje proletario entre Portugal, Italia, Alemania y Rusia nada menos que en 1935. Una declaración de necedad pero también una reafirmación sincrónica de cómo las cosas no son tan simples como las juzgamos en nuestra mirada desde el presente.
También muy interesante su propuesta iberista-que como todas las propuestas iberistas, en realidad no pasan de onanismo negrojo antiespañol.
Por último señalar que el éxito de las JONS previo a su unificación con Falange había sido nulo e imaginarse cualquier otra cosa es una ucronía, en la que por cierto las JONS serían más fascistas que los propios fascistas (italianos).
La cnt en mi opinión tuvo que ser más pragmática con la falange, y también en mi opinión la falange tuvo que ver por el sindicalismo revolucionario y la lucha de clases